DE ANNA BROINOWSKI A ECOLOGISTAS EN ACCIÓN: EL FRACKING



El pasado sábado 24 de octubre clausuramos la XVIII Edición de la Muestra con la proyección del largometraje “Aim high in creation!”, dirigido por Anna Broinowski,que introducía a la propia directora en Corea del Norte para aprender de los maestros del cine de propaganda de cara a realizar un cortometraje con el que detener una acción de fractura hidráulica (o fracking) en su ciudad. Gracias a la colaboración de Ecologistas en Acción pasamos a reproducir una serie de informaciones y noticias de utilidad sobre la técnica del fracking en la actualidad:

El progresivo agotamiento de los yacimientos convencionales de combustibles fósiles está haciendo que la industria petrolera se aventure a explotar filones cada vez más pobres y de difícil extracción.

No se sabe con seguridad la cantidad de gas atrapado en estos yacimientos, ni que fracción podrá explotarse. En cambio, sí se empiezan a conocer las secuelas y los riesgos graves asociados a la fracturación hidráulica, o fracking, una de las agresivas técnicas utilizadas para su extracción. 

El fracking no contribuye a mitigar el cambio climático, pues prolonga la quema de combustibles fósiles que está alterando el clima, y genera numerosas fugas a la atmósfera de metano, un potente gas de efecto invernadero.

Lo realmente necesario y urgente es reducir nuestra dependencia de estos combustibles, abocados a escasear, encarecerse y finalmente agotarse, promoviendo la reducción del consumo y las energías renovables.

Qué es el fracking

La fracturación hidráulica (fracking) consiste en la inyección a gran profundidad de un enorme volumen de agua con aditivos químicos y arena, con el objetivo de fracturar las pizarras o esquistos que contienen gas natural.

Para ello se perforan pozos a más de 2000 m de profundidad, prolongados horizontalmente. El gas liberado se recupera, mientras que los “residuos” de la operación (los lodos de perforación y la mayor parte del líquido tóxico que retorna a la superficie) se almacenan en balsas al aire libre, desde donde se transportarán en camiones hasta plantas de tratamiento. 

Contaminación del agua y el aire

El fluido inyectado para fracturar la roca contiene sustancias tóxicas, alergénicas, mutagénicas y cancerígenas. Además, puede arrastrar al exterior metales pesados extremadamente tóxicos y elementos radiactivos presentes en las capas profundas del subsuelo.

Estos contaminantes pueden pasar a las aguas superficiales y subterráneas, contaminando reservas fundamentales de agua dulce por diversas vías:

• Fugas al acuífero por fallos en la cementación de los pozos o el deterioro de su revestimiento.

• Fugas en profundidad a través de las fracturas.

• Vertidos en las balsas o tanques de almacenamiento de residuos.

• Fugas en las tuberías o canalizaciones.

• Pérdidas en los camiones que transportan los compuestos tóxicos y los residuos.

El propio gas natural liberado -compuesto por principalmente por metano- puede pasar a las aguas subterráneas, como se ha podido comprobar en numerosos lugares en EE UU, donde se ha llegado a hacer inflamable el agua del grifo.

Los terremotos de baja intensidad asociados a la fractura hidráulica pueden agravar estos problemas de fugas y de contaminación. También se producen emisiones a la atmósfera de compuestos volátiles tóxicos, principalmente desde las balsas de almacenamiento. 

Ocupación del territorio 

La explotación de un yacimiento de este tipo requiere múltiples perforaciones relativamente próximas, con plataformas que pueden ocupar varias hectáreas de terreno. A esto hay que sumar las infraestructuras necesarias para la actividad, y el constante trasiego de camiones en algunas fases de la explotación. Ello supone una gran alteración del paisaje, ocupación del suelo y daños a los ecosistemas, representando una amenaza para las actividades tradicionales de un territorio. 

Últimas noticias sobre fracking 

El 22 de octubre se pudo leer la noticia del suicidio de un activista antifracking en Australia, un agricultor procedente de Queensland. George Bender era un agricultor algodonero de Chinchilla cuyos pozos de agua subterránea se habían visto afectados por las actividades de gas en veta de Carbón. Para leer la noticia completa podéis acceder al blog de Ecologistas en Acción.

Justo al día siguiente, los periódicos británicos se hicieron eco de las declaraciones sexistas de Averil Macdonald, actual representante de Onshore Oil and Gas, Profesora Emérita de Ciencias en la Universidad de Reading y activista a favor de la industria del gas de lutita y gas pizarra, en las que aseguraba que las mujeres están comúnmente en contra del fracking “porque no lo entienden y se basan en sus emociones y sus instintos en lugar de en los hechos probados”. Estudios han demostrado que los hombres son mucho más propensos a apoyar el fracking, frente a las mujeres, lo que lleva a Macdonald a asegurar que las razones se encuentran en estas supuestas diferencias entre ambos géneros. Se justifica, asimismo, diciendo que “las mujeres frecuentemente no han tenido una educación científica porque seguro que dejaron los estudios a los 16 años”, de manera que no sirve de nada exponer una serie de hechos y datos técnicos para convencerlas. Es por eso que Macdonald está interesada en persuadir a las mujeres de la seguridad y los beneficios que supondría para la economía británica el apostar fuertemente por las actividades de fractura hidráulica.

Os enlazamos varios de los artículos completos:

*Otros enlaces de interés:

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