El progresivo agotamiento de los yacimientos convencionales de combustibles fósiles está haciendo que la industria petrolera se aventure a explotar filones cada vez más pobres y de difícil extracción.
No se sabe con seguridad la cantidad de gas atrapado en estos yacimientos, ni que fracción podrá explotarse. En cambio, sí se empiezan a conocer las secuelas y los riesgos graves asociados a la fracturación hidráulica, o fracking, una de las agresivas técnicas utilizadas para su extracción.
El fracking no contribuye a mitigar el cambio climático, pues prolonga la quema de combustibles fósiles que está alterando el clima, y genera numerosas fugas a la atmósfera de metano, un potente gas de efecto invernadero.
Lo realmente necesario y urgente es reducir nuestra dependencia de estos combustibles, abocados a escasear, encarecerse y finalmente agotarse, promoviendo la reducción del consumo y las energías renovables.
Para ello se perforan pozos a más de 2000 m de profundidad, prolongados horizontalmente. El gas liberado se recupera, mientras que los “residuos” de la operación (los lodos de perforación y la mayor parte del líquido tóxico que retorna a la superficie) se almacenan en balsas al aire libre, desde donde se transportarán en camiones hasta plantas de tratamiento.
Contaminación del agua y el aire
Estos contaminantes pueden pasar a las aguas superficiales y subterráneas, contaminando reservas fundamentales de agua dulce por diversas vías:
Los terremotos de baja intensidad asociados a la fractura hidráulica pueden agravar estos problemas de fugas y de contaminación. También se producen emisiones a la atmósfera de compuestos volátiles tóxicos, principalmente desde las balsas de almacenamiento.
Ocupación del territorio
La explotación de un yacimiento de este tipo requiere múltiples perforaciones relativamente próximas, con plataformas que pueden ocupar varias hectáreas de terreno. A esto hay que sumar las infraestructuras necesarias para la actividad, y el constante trasiego de camiones en algunas fases de la explotación. Ello supone una gran alteración del paisaje, ocupación del suelo y daños a los ecosistemas, representando una amenaza para las actividades tradicionales de un territorio.
Últimas noticias sobre fracking
Justo al día siguiente, los periódicos británicos se hicieron eco de las declaraciones sexistas de Averil Macdonald, actual representante de Onshore Oil and Gas, Profesora Emérita de Ciencias en la Universidad de Reading y activista a favor de la industria del gas de lutita y gas pizarra, en las que aseguraba que las mujeres están comúnmente en contra del fracking “porque no lo entienden y se basan en sus emociones y sus instintos en lugar de en los hechos probados”. Estudios han demostrado que los hombres son mucho más propensos a apoyar el fracking, frente a las mujeres, lo que lleva a Macdonald a asegurar que las razones se encuentran en estas supuestas diferencias entre ambos géneros. Se justifica, asimismo, diciendo que “las mujeres frecuentemente no han tenido una educación científica porque seguro que dejaron los estudios a los 16 años”, de manera que no sirve de nada exponer una serie de hechos y datos técnicos para convencerlas. Es por eso que Macdonald está interesada en persuadir a las mujeres de la seguridad y los beneficios que supondría para la economía británica el apostar fuertemente por las actividades de fractura hidráulica.
Os enlazamos varios de los artículos completos:
— Web confederal: http://www.ecologistasenaccion.es
Huesca sin Fractura: https://es-es.facebook.com/huescasinfractura